Julia, del campo a la ciudad contra la desigualdad
En este post se destacará la figura de Julia,
mujer, madre, y trabajadora tanto, en las tareas propias de los cuidados del
hogar (tan importantes, aunque no estén retribuidas ni reconocidas en absoluto por
la sociedad -la cual no funcionaría con ellas-) como por cuenta propia
emprendiendo una pequeña empresa.
Julia, nació un verano caluroso de 1945 en un
pequeño pueblo ubicado en las faldas de la vertiente sur de la Sierra de Gredos,
en Ávila, aunque mirando a Toledo. Atemperado por la protección propia de las
montañas y orientada al sur dispone de un microclima donde, entre otros
cultivos, los olivos crecen en sus laderas.
Desde la temprana niñez Julia trabajó, de sol
a sol, en el campo con su familia. Cuando tocaba ir a aceitunas, como tantas
mujeres se arrodillaba a lo que se conoce como el rebusco, recoger cualquier
aceituna perdida en el suelo. Cuenta que hacía tanto frio que, al volver, por
la noche, en la cama, aún casi no podía mover los dedos congelados.
A los trece años su familia, la envió a
servir a Madrid. Esto ocurría frecuentemente con las niñas, las cuales se
pensaba que no podían trabajar en el campo tan bien o tan duro como sus
hermanos. Así marchó a Madrid donde trabajó de empleada de hogar en una casa en
el Barrio Salamanca donde trabajaba y dormía hasta que con 20 años se
independizó. Formó una familia y mientras realizaba los cuidados propios del
hogar y de sus hijos, en horas perdidas logró completar sus estudios
(abandonados desde niña) y posteriormente aprender corte, confección y
patronaje. Años más tarde, logró incorporarse al mundo laboral, por cuenta
propia, al abrir un establecimiento de moda y taller de aprendizaje de técnicas
textiles. Profesión que continuó hasta la respectiva jubilación.
La biografía de Julia, como la de cualquier
mujer, es la de haber sufrido, incluso desde niña, la desigualdad existente en
la sociedad. Julia luchó contra ella y consiguió un desarrollo personal y
profesional que la sociedad no le ofreció igual que a sus hermanos.
Así, considero que hay que poner en valor a mujeres
como Julia que, con sus tareas en el hogar, en absoluto reconocidas, ejercen
una labor esencial en la sociedad y que además incluso han luchado contra el
machismo, conseguido completar sus estudios, ya de adultas, y logrado incorporarse
al mundo laboral.
Por otra parte, también hay que destacar que aún
hoy en día los cuidados de la familia son ejercidos mayoritariamente por las
mujeres. Esta desigualdad en el ejercicio de cuidados familiares dificulta el
desarrollo personal y profesional de las mujeres.
Aunque en los últimos años han habido cambios
normativos el sentido de avanzar en la igualdad entre hombres y mujeres en el
acceso al trabajo (por ejemplo Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas
urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres
y hombres) aún persiste esta desigualdad y son muchas las mujeres que como
Julia deben luchar contra ella.
Fuentes: Familiares y vecinos del Valle del Tiétar
(Ávila).
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